martes, 4 de diciembre de 2012

HEROÍNA

Es una droga altamente adictiva y de acción ágil por lo que, la persona que la consume, logra sentir sus efectos rápidamente dese la primera vez.

Esta sustancia se obtiene de la morfina, la cual, a su vez, se extrae de la bellota de la amapola y se puede inyectar, inhalar o fumar. Su presentación es un polvo, que puede ser de color blanco o café.

Quien consume heroína, lo primero que llega a sentir es una oleada de euforia acompañada de resequedad bucal. La piel luce de un color rojo y se siente caliente, pesadez en las extremidades y confusión mental. Después, el individuo pasa a una sensación más tranquila, como si estuviera volando, alternando con un estado adormecido.

Por lo regular, las consumidores suelen inyectarse la droga, lo que también genera otros riesgos, ya que simultáneamente pueden adquirir enfermedades infecciosas, colapso de venas, contraer el virus del VIH/SIDA o hepatitis.

Los principales problemas de salud causados por la heroína se relacionan con: infecciones cardíacas, obstrucción en los vasos sanguíneos que van a los pulmones, al hígado, a los riñones o al cerebro, y en el mayor de los casos, ocurre la muerte por sobredosis.

Cuando el adicto dejar de consumir esta droga, experimenta una serie de síntomas, que pueden comenzar a las pocas horas de la última administración de la droga, entre los cuales están: escalofríos, desasosiego, insomnio, diarrea, vómito, dolores en los músculos y en los huesos.

El tratamiento para curar esta adicción se logra, primeramente, con una desintoxicación con apoyo de especialistas en un centro de rehabilitación para drogadictos, apoyo de la familia y las ganas del paciente de vivir una vida sana. Además es necesario de medicamentos para reducir los síntomas y un tratamiento psicológico, que fortalecerán el proceso de recuperación y así, evitar una recaída.

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